Opinión: «Bienvenido el voluntariado espontáneo, pero bien gestionado»

A muchos les indignó este llamado, porque la llegada espontánea de los miles de voluntarios respondía a la conmoción pública de la catástrofe, generando el despertar del espíritu solidario chileno que tanto nos caracteriza. Sin embargo, la gran mayoría de esos voluntarios llegaban de forma directa al lugar del desastre, con sus vehículos particulares y sin las mínimas medidas de seguridad personal, provocando que la ayuda se convirtiera en un obstáculo para el resto de las actividades de recuperación.

Obviamente, la ayuda de los voluntarios que surge espontáneamente es un gesto destacable, que siempre será agradecida frente a cualquier emergencia o desastre natural. Sin embargo, para que toda esa energía se transforme en un aporte real a la comunidad afectada, ésta debe ser profesionalmente gestionada y conducida.

Por eso, aplaudimos la iniciativa de la Red de Voluntarios, Movidos x Chile y el Instituto de Normalización, quienes junto a la Universidad de Manchester, visibilizaron la norma NCh-ISO22319, publicada recientemente por el organismo público, y que fue adaptada del estándar internacional que publicó la International Standard Organization (ISO) para abordar la participación del voluntario espontáneo frente a catástrofes.

Algo que en Chile bien conocemos, pues todos los años debemos enfrentar al menos una emergencia de altas proporciones. Durante el encuentro de difusión de la norma, se comunicó a la sociedad civil que el estándar entrega orientaciones prácticas para ayudar a las organizaciones y los servicios públicos, como municipalidades, a gestionar eficientemente el involucramiento de voluntarios espontáneos.

La norma incluye temas como la selección, asignación de tareas y coordinación de voluntarios espontáneos, la identificación y reducción de los riesgos asociados a las tareas que desempeñan estos voluntarios, seguro y responsabilidades, y cómo reconocer y recompensar su labor.

Tan importante como definir una normativa, es la educación previa que debemos realizar todas las organizaciones que movilizamos voluntarios para apoyar causas y movimientos. Ser voluntario es un acto noble y solidario, pero a la vez transformador de la persona. Por eso, es importante que la experiencia sea positiva, segura y que genere el impacto que la comunidad o grupo de personas afectadas necesita.

El trabajo de Movidos x Chile resultó en una guía que entrega lineamientos para la coordinación y participación del voluntariado espontáneo en Chile. Durante este año, se  continuará con la difusión de sus contenidos en municipios y en organizaciones de la sociedad civil, además de la elaboración de un documento nacional que promoverá la resiliencia frente a desastres y una cultura de voluntariado en el país.

Si como chilenos hemos aprendido, a fuerza de golpes, a crear una cultura resiliente que se para frente a cualquier desastre, también debemos crear una cultura en torno al voluntariado, que entienda sus derechos y obligaciones, donde el acento no solo debe estar en el proceso del voluntario, sino que también -y en todo momento- en el grupo de personas o comunidad que está requiriendo de aquella ayuda y contribución.

Por Vicente Gerlach, Director Ejecutivo Fundación Trascender.

Vicente Gerlach

6 de febrero de 2019