A través del programa de voluntariado corporativo “Fondo Concursable Social Comunitario: Unidos construimos calidad de vida”, que Aguas Antofagasta desarrolla junto a Fundación Trascender, la compañía favoreció la participación de sus colaboradores en la relación con la comunidad de Calama y Antofagasta.
El fondo concursable busca que la comunidad desarrolle iniciativas que favorezcan el cuidado del medio ambiente y, con ello, contribuir a mejorar la calidad de vida de los barrios.
De las 15 organizaciones comunitarias que postularon este año a los fondos concursables de la empresa sanitaria, seis fueron las beneficiadas. Se adjudicaron financiamiento para desarrollar proyectos como la recuperación de espacios públicos, la construcción de maquinaria para reciclaje, la limpieza de playas y océanos, entre otras.
Paula Carrasco, directora de Asuntos Corporativos y RSE de Aguas Antofagasta, destacó que “estamos muy contentos como compañía con la realización de este fondo concursable. Es una iniciativa que entregó herramientas y conocimientos a nuestros trabajadores y a las diferentes organizaciones sociales que participaron. Sin duda, los grandes beneficiados con estos proyectos serán la comunidad, quienes podrán disfrutar de nuevas áreas verdes como actividades para participar en familia. Destacar el compromiso de nuestros trabajadores, quienes fueron voceros y motivadores para gestar estas iniciativas en el corto y mediano plazo”.
El voluntariado corporativo “permite vincular a la empresa, a través de sus trabajadores, con la comunidad y los intereses de sus colaboradores, siendo parte de proyectos comunitarios bajo un sello verde y que benefician directamente tanto a las organizaciones sociales participantes como a la comunidad calameña y antofagastina”, indicó Camila Aguilera, directora regional Antofagasta de Fundación Trascender.
El proceso
En el programa de voluntariado corporativo de Aguas Antofagasta están participando 17 colaboradores. Consiste en que cada trabajador apadrina a una organización comunitaria y la asesora para que puedan presentar proyectos robustos al fondo concursable.
Para ello, el primer paso fue capacitar a los colaboradores, donde se les enseñó a formular proyectos y a entregar herramientas que les permitieron canalizar mejor las necesidades de las organización apadrinadas.
Felipe Rojas, analista de sistemas de la empresa, apadrinó a la Agrupación Juvenil Hogar Universitario Gabriela Mistral con el proyecto “Re Latas UA”, que busca desarrollar un punto de reciclaje de latas en la Universidad de Antofagasta. “Me reconforta contribuir al medio ambiente y generar un impacto social en los estudiantes universitarios. El proceso además fue muy beneficioso gracias a la asesoría de Fundación Trascender, lo que nos ha entregado la experiencia necesaria para abordar futuros proyectos de similares características”, indicó.
En este oportunidad, el fondo concursable no sólo busca entregar recursos a la comunidad, sino que también instalar capacidades que les sean útiles en el futuro, como -en este caso- la formulación de proyectos de calidad. También, se les da retroalimentación a las organizaciones no seleccionadas, que les permita estar mejor preparadas para presentarse a otros fondos públicos y privados.
Postularon 15 organizaciones territoriales, funcionales y educativas, las que fueron acompañadas y apoyadas por los profesionales voluntarios de Aguas Antofagasta en el desarrollo de sus “proyectos verdes”.
Luego, los proyectos fueron evaluados por un comité de expertos conformado por representantes de la empresa, miembros del equipo de Fundación Trascender y un especialista invitado (Jonathan Cea, coordinador territorial de TECHO Chile), donde tras una evaluación técnica de puntajes e indicadores, alineados al formulario de postulación, seis fueron las ganadores, tres de Calama e igual número de Antofagasta.
La ejecución de los proyectos está siendo realizada por las organizaciones beneficiadas y con el acompañamiento permanente de los profesionales voluntarios. El programa, en concreto, ha significado 340 horas de donación de conocimiento y un fondo a repartir cercano a los 10 millones de pesos.