“El tiempo estaba en contra”, destacaba Isabel Lacalle, directora ejecutiva de Corporación Nuestra Casa, al recordar la principal dificultad del proyecto de voluntariado profesional que emprendió con la cientista política Charline Henríquez, con el apoyo de Fundación Trascender. En menos de una semana, Lacalle y Henríquez escribieron un proyecto robusto, que les permitió a la organización adjudicarse 9 millones de pesos de un fondo concursable impulsado por la Municipalidad de Santiago.
“De la calle a la mesa” es el nombre del programa que la organización social realizará para mejorar la calidad de la alimentación de las personas en situación de calle que son atendidas diariamente en su residencia ubicada en el histórico barrio Yungay, en el sector poniente de la céntrica comuna capitalina.
“Las personas que están en la calle, en general, comen lo que está a su alcance, lo que les debilita su sistema inmunológico y, por ende, están propensos a enfermarse con mayor frecuencia”, explica Lacalle. Agrega que este proyecto busca que “chefs y cocineros de los restaurantes del barrio nos ayuden a crear menúes saludables y equilibrados para los residentes y usuarios de nuestra casa”.
Al mismo tiempo, el trabajo conjunto permitirá fortalecer el sentido de comunidad del barrio, el cual -según cuenta la directora ejecutiva de Nuestra Casa- se ha visto empobrecido, porque algunos vecinos atribuyen a los residentes de la organización el empobrecimiento de la calidad de vida del sector.
“Nuestra Casa siempre ha estado tratando de que sus comidas sean saludables, pero ahora con este proyecto adjudicado lo podrán sistematizar de una manera más profesional, con el apoyo de especialistas”, cuenta Henríquez. Añade que el verdadero desafío es el otro objetivo del proyecto: recomponer el tejido social del barrio, debido a los prejuicios existentes entre los vecinos. “Si bien ahora es complicado materializarlo por el confinamiento obligatorio y las medidas de distanciamiento social, es posible lograr este cambio de historia entre los diferentes actores del barrio”.
Los recursos adjudicados corresponden al Fondo de Innovación para el Desarrollo, impulsado por la Subsecretaría de Desarrollo Regional, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Municipalidad de Santiago. Tiene como objetivo financiar proyectos colaborativos, ejecutados por emprendedores económicos, culturales y sociales en el Polígono Portales-Matucana del barrio Yungay.
Además del apoyo técnico, Isabel Lacalle destaca que “lo más importante del trabajo con la voluntaria fue el impulso energético que nos dio Charline. Se puso las pilas con la urgencia que el plazo demandaba y me animó a convencernos de que sí se podía, de que no estoy sola en este barco de la postulación”.
Para Charline Henríquez, que trabaja en Fundación Chasqui, un organismo colaborador del Sename, el voluntariado profesional es un muy buen espacio para contribuir desde la profesión. “A mi en lo particular, además me permitió aplicar conocimientos que había aprendido en la universidad, pero que aún no había tenido la oportunidad de aplicarlos laboralmente”, dice.
“Me gusta mucho trabajar en formular proyectos sociales. Con éste de Nuestra Casa, me dieron la libertad y confianza para llevar las ideas iniciales a aspectos concretos y realizables, que permitan beneficiar a todos los actores involucrados”, subraya Charline.
Nuestra Casa es una corporación sin fines de lucro que trabaja para superar la exclusión social que produce la situación de calle, a través de 12 casas, talleres sociales y trabajo en calle.
Empujados por la crisis del coronavirus, el fondo adjudicado además le permitirá a Nuestra Casa aumentar la cantidad de cenas que entregan en sus residencias y en puntos estratégicos de la comuna, como en las cercanías del Hospital San Juan de Dios. “Hoy estamos entregando cerca de 500 cenas a la semana”, concluye Isabel.