En busca de su vocación laboral

La historia de Joan Sánchez, ex alumno del Liceo Gabriel González Videla de Ñuñoa, de Fundación Comeduc, podría resumirse como un viaje en búsqueda de su vocación laboral. Su paso por el programa de voluntariado corporativo de las empresas Principal y Cuprum sin duda le aportó herramientas e información que le permitirán encontrar su camino.

Joan hoy tiene 18 años y terminó el cuarto medio el año pasado obteniendo el título técnico de Administración con mención en Recursos Humanos. Estando en el colegio, nos contó que siempre se caracterizó por su perseverancia y ganas de aprender cosas nuevas. Su pasión son los deportes: practica boxeo y fútbol de forma amateur, incluso se probó en la Unión Española.

Ese mismo entusiasmo lo llevó a aceptar cada una de las invitaciones que su colegio recibía de parte de Principal y Cuprum para participar en sus actividades de voluntariado corporativo, organizadas en conjunto con Fundación Trascender, organización que diseñó el programa y participa con la empresa en su ejecución.

Es así como en 2018, Joan se sumó al programa “Sombras”, que consiste en que un alumno acompaña durante toda una jornada a un colaborador de la empresa, conociendo y viviendo su día a día, sin agenda preestablecida. Así, Joan se convirtió en la “sombra” de la subgerente de Desarrollo Organizacional de Principal, Bernardita Uribe.

“Me gustó mucho el ambiente laboral de la empresa. Siempre estaban todos dispuestos a enseñarte y a ayudarte aunque estuvieran llenos de pega. Ahí entendí que eso es fundamental a la hora de buscar un trabajo y sentirse cómodo”, recordó Joan. Y fue en ese momento que el estudiante supo que quería hacer su práctica en la empresa. Fue la meta que se propuso.

El Grupo Principal mantiene su programa de Voluntariado Corporativo desde el 2009, llamado “Dejando Huella”. Se ha desarrollado con las dos empresas del grupo -Principal y Cuprum- con el apoyo y asesoría de Fundación Trascender.

Alineado a sus valores corporativos y a su estrategia de sostenibilidad, la compañía ha focalizado esta actividad en la educación. En ese marco, con Trascender se acercaron a Fundación Comeduc en el 2018, sostenedora del colegio de Joan en Ñuñoa, entre otros. Con ellos, pudieron materializar su mirada externa a través de programas de orientación laboral en estudiantes secundarios y charlas de educación financiera a todo el entorno familiar de los alumnos.

Gabriel Erices, inspector general del establecimiento, señaló que “el interés de los alumnos por las actividades con la empresa fue creciendo con el tiempo. Las mentorías laborales o el programa Sombras han permitido crear un vínculo muy estrecho con la gente de Principal y Cuprum. Conocer experiencias laborales reales les deja una huella y sus mentores se transforman en sus referentes. Eso ha marcado el alto interés de los jóvenes en participar”.

Desde charlas sobre finanzas del hogar hasta mentorías laborales

A principios del 2019, Joan se sumó al programa “Voluntariado en familia”. Junto a otros compañeros, sus padres y colaboradores voluntarios de la empresa construyeron jardines y muros de escalada en el mismo establecimiento, con el objetivo de recuperar y embellecer espacios de uso común. 

Luego, participó con su familia en los talleres de “Economía del Hogar”, en los cuales profesionales de Principal orientaban al grupo familiar sobre cuestiones básicas de las finanzas en el hogar, como las diferencias entre los tipos de crédito, la planificación del presupuesto familiar, los beneficios del ahorro y el funcionamiento del sistema previsional, entre otras materias.

Ya cuando se acercaba el fin de año, Joan relata que los invitaron a unas charlas sobre preparación laboral, en las cuales los capacitaban para enfrentar con mayor solvencia una entrevista laboral o aprender a realizar de manera adecuada y correcta un currículum. “Me sirvió mucho, de hecho ahora miro mi CV y es muy profesional. Es muy importante a la hora de buscar un trabajo, en ocasiones puede ser determinante”, destacó el joven estudiante.

De ahí, Joan saltó a las mentorías laborales, en las cuales una colaboradora de la empresa orientaba a un alumno sobre el futuro laboral, tratando de responderle sus dudas, inquietudes, miedos, a través de su propia experiencia profesional. En el caso de Joan, su mentora fue Karina Gutiérrez, profesional del área de Comisiones de la empresa.

Fueron seis las sesiones que compartió con Karina, donde conversaron mucho acerca de la vida, sueños e intereses, recibiendo siempre algún consejo sobre su futuro laboral y estudiantil. “A Joan le dije que había aprendido yo más de él que él de mí. Porque si bien yo le enseñé mis conocimientos profesionales, Joan me enseñó que todavía quedan personas empáticas y sinceras que te pueden cambiar el día con una sonrisa o una simple conversación de la vida”, dijo Karina.

El paso final: la práctica laboral

Y llegó el momento para el cual se había estado preparando Joan durante sus dos años en el colegio. Postuló y, entre todos sus compañeros que realizaron las mentorías, fue seleccionado para realizar su práctica en Principal. La realizó en el área de Gestión de Personas, reemplazando al colaborador a cargo de los ausentismos en la empresa por sus vacaciones, debiendo atender temas como licencias médicas u horas extras, entre otros.

Su supervisora de práctica, Carina Lizama, recuerda que “la primera vez que contestó el teléfono estaba súper nervioso por miedo a dar mal una respuesta. Le enseñé a transferir llamadas y si no sabía a quién derivarla, me la pasaba a mí. En la medida que escuchaba mis respuestas, él comenzó a entender cómo se resolvían ciertas consultas y de a poco dejó de derivar algunas llamadas y las solucionaba él mismo. De mi parte, puedo decir que Joan era como una esponja, absorbía y absorbía todo lo que le explicaban. Es un joven muy educado, tranquilo, buen compañero y colaborativo”.

A Carina le ha tocado supervisar otras prácticas. “Mi percepción es que, por lo general, los estudiantes llegan con mucho miedo a equivocarse, pero nuestra mirada es que el error es parte del aprendizaje y les damos seguridad reiterándoles aquello”, resaltó.

Sobre su experiencia con Joan, dijo que “para mí era importante que él se diera cuenta del error y lo provocaba para que entendiera el proceso, para luego buscar juntos una solución. No que sólo que se lo aprendiera de memoria. Joan en un comienzo -como todos en alguna medida también lo hicimos- tenía la tendencia de mirar primero la consecuencia y eso lo abrumaba, ya que no veía la solución claramente. En la medida que fue avanzando el tiempo, comenzó a empoderarse y lograba resolver inconvenientes él solo”.

“Crecí como persona”

Joan agradeció todo lo aprendido durante su estadía como pasante en Principal, pero se dio cuenta de que su vocación no estaba en lo administrativo. “No me ví el resto de mi vida trabajando en una oficina. Me sentí mal, sentí que los estaba decepcionando. Tenía muchas expectativas, porque me había esforzado mucho”, contó con algo de culpa.

Su mentora le explicó que justamente para eso también servía toda esta etapa de práctica y mentorías: descubrir su vocación laboral, que le permitiera tomar buenas decisiones al momento de decidir qué iba a estudiar, porque eso lo definiría en el futuro.

Joan quiere tener al deporte en su vida. Aún no sabe cómo, pero al menos ya descubrió que esa es su área. El mayor miedo de Joan, según cuenta él mismo, es equivocarse en sus decisiones. “Todo lo que viví con Principal me sirvió para orientarme sobre el trabajo que quiero tener el resto de mi vida. Pero no solo eso, sino que también crecí como persona”.

Así como Joan, otros 312 compañeros de tercero y cuarto medio, tanto de su colegio de Ñuñoa como del otro establecimiento de Comeduc en Quinta Normal, el Liceo Comercial Molina Lavín, participaron en alguno de los cinco programas de voluntariado corporativo de Principal y Cuprum del año pasado, relacionándose con cerca de 110 colaboradores. Pero más allá de números, lo que ganaron tanto trabajadores como estudiantes fue la experiencia y el vínculo logrado, que de seguro recordarán con alegría durante las próximas etapas de sus vidas.

Kerlin Ponce y Claudio Macías

13 de abril de 2020