Si bien la maratón pro bono realizada en noviembre para celebrar los 16 años de vida de Fundación Trascender dejó como resultado buenos números (más de 50 profesionales, que asesoraron a 10 organizaciones sociales, en tres 3 ciudades del país, durante casi 25 horas continuas), mejor aún fue la experiencia que marcó a cada voluntario.
La actividad consistió en reunir equipos multidisciplinarios de 5 a 6 profesionales, quienes asesoraron a una organización social en una materia específica (como estrategia de ventas, design thinking, cultura organizacional o formulación de proyectos, entre otros), con el objetivo de que al final del día pudieran llevarse un proyecto terminado y listo para ejecutar.
Deber ciudadano
“Como ciudadanos, debemos tener el compromiso de retribuir y aportar con un granito de arena a las organizaciones sociales emergentes. Son jornadas muy bien estructuradas, donde salen buenas ideas”, indicó la ingeniera comercial Carolina Echeverría, quien estuvo en el equipo que asesoró a Autribu en formulación de proyectos.
“Lo que nosotros entregamos cae en un terreno fértil. Y eso me motiva, ya que no es sólo una capacitación que quedará ahí, sino que será algo que va a trascender, porque hay una necesidad concreta en la organización social”, destacó la diseñadora gráfica y coach Ana María Bareyns, quien asesoró a Fundación El Árbol en su estrategia de ventas para 2018.
El docente Jainover Mena, que trabajó en el equipo de design thinking para la Fundación Urbanismo Social, complementa diciendo que para él “se ayuda mucho más con tiempo y experiencia, en lugar de donar dinero, porque permite a las organizaciones y a uno mismo a crecer”.
“En tiempo récord”
La periodista María Consuelo Barrios participó en el plan de comunicación estratégica para la organización Catim. Para ella, una de las claves del éxito de la jornada es la metodología aplicada por Trascender. “La metodología ayudó muchísimo a que se pudiese desarrollar el trabajo en un tiempo más acotado, de manera ordenada, porque, usualmente, demora bastante más, sobre todo en la fase de diagnóstico”.
Bárbara Saavedra, ingeniero civil industrial, agregó que “hacer todo en un mismo día permite que sea concreto y productivo, tanto para nosotros -los profesionales voluntarios- como para las organizaciones”. En su caso, formó parte del equipo que apoyó al Centro Integral de Rehabilitación Comunitario (CIRE).
Junto con la satisfacción de entregar un programa terminado y útil para la organización, los participantes también destacan lo enriquecedora de estas jornadas, donde se conectan y crecen profesionalmente.
«Me motivó participar principalmente para tener la oportunidad de afianzar redes, compartir, entregar conocimiento que en el fondo es devolverle al universo lo que me ha dado”, señaló la ingeniera comercial Berta Torrejón, parte de equipo que ayudó a Eco-Colibrí a construir su programa de cultura organizacional.
Tejido social
Jenny Jiménez, presidenta de la Fundación para el Desarrollo Territorial, organización que colaboró con Trascender en la jornada de Antofagasta, subrayó que “estas actividades de voluntariado construyen el tejido social que necesitamos. El trabajo comunitario siempre enriquece y ayuda a generar lazos”.
Con Jenny coincide Vicente Gerlach, director ejecutivo de Trascender. “El voluntariado profesional permite fortalecer los vínculos de nuestra sociedad, conectando personas y enriqueciéndolas a partir de sentir y vivir el aporte que pueden entregar a la construcción de una sociedad más equitativa y solidaria”